Hace meses que hemos estado discutiendo en clase el asunto de «lo literario». Además de que el estudio de la escritura lo impone, los escritores solo hablan de eso, de esa arisca rareza, de lo literario. ¿Pero qué es lo literario? Esa pregunta que como un aguijón va emponzoñándose en los escritores, en los aprendices de escritura. Qué es lo literario, qué es lo artístico, qué es la artisticidad. Qué es ese hongo apócrifo, ese anfibio letrado, ese críptido.
Recuerdo una clase de Técnicas Narrativas II a la que Margarita fue con unos zapatos de charol y Alfonso, el profesor, se detuvo para elogiarlos.
—Me gustan mucho tus zapatos, Margarita. Son muy literarios.
Y luego, más adelante, agregó: «Tienen muchos matices».
Esa observación me hizo pensar. Porque si, como decía Borges o Sábato, el cielo y el infierno son hipérboles, lo literario resta sus imperios, los confronta, comunica al amo con su esclavo, hiere cada verdad con su antítesis, debilita el dogma, no tiene moralejas. Solo a lo literario pudo ocurrírsele, por ejemplo, entreverar una pareja tan hetero y tan disfuncional como el amor y la muerte. Todo esto —fantaseo— con el fin de subrayar la humanidad de lo humano: la contradicción, ese matiz que nos agrieta, que nos requiebra en dos, en tres, en diez: en tantas fracciones como insospechados somos. No deja en pie una sola estatua, lo literario: es presuntamente iconoclasta. Solo vierte su imaginería, que no es la del poder ni la de la idolización, sino la de la poesía.
Entonces, si hay zapatos literarios, habrá también cabelleras más y menos literarias, lo mismo que tallarines, psicotrópicos, desodorantes y axilas, inodoros, salpullidos, bronceados, dietas, enchufes, calzoncillos y canarios, gatos, perros, maneras de estornudar o bostezar o reírse, divorcios, disparates y también gobiernos más y menos literarios. Está claro que la tiranía o el totalitarismo son antiliterarios, pero también lo sería, nuevamente, por hiperbólica, la anarquía. Porque ni esto es lo literario ni tutto quanto tampoco lo debería ser. Lo literario exige formas contenidas, las buenas formas.
¿Pero qué es eso tan matizadamente literario que no se puede nombrar porque no es esto ni es aquello pero que cuando es sabemos reconocerlo? ¿El dios de los judíos? ¿El amor? ¿La muerte? ¿Sí? ¿Sabemos reconocer lo literario? ¿Es literario lo que está bien escrito? ¿Qué es estar bien escrito? Algunos y algunas dirían que Natalie Portman está bien escrita y que está bien escrito Jude Law. Sin embargo, Frankenstein es una obra de arte.
¿Qué trompetas y qué flautas es lo literario?
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